EUROPA
PRESS
14 marzo
2017
El impacto de la incontinencia urinaria no es un asunto menor. En
Europa afecta a unos 50 millones de personas, de los que 6,5 millones están en
España. Además, es un problema que afecta tanto a hombres como a mujeres.
Pero
pese a esta elevada prevalencia, y la repercusión que tiene en el día a día de
los afectados, todavía sigue siendo un tema tabú, lo que contribuye a su
desconocimiento. De hecho se estima que hasta el 60 por ciento de los hombres y
el 42 por ciento de las mujeres que lo sufren no acude al médico para buscar
una solución.
Pero
aunque la prevalencia de la incontinencia urinaria entre mujeres es mayor (1 de
cada 3 mujeres, frente a 1 de cada 4 hombres), la repercusión social y
emocional es más significativa entre la población masculina.
Éstas y
otras diferencias por sexos aparecen recogidas en un documento elaborado por la
compañía de productos de incontinencia 'Tena', con motivo del Día Internacional
de este trastorno que se celebra este martes 14 de marzo, en el que detallan
sus factores de riesgo y consecuencias en hombres y mujeres.
Porque,
pese a que los síntomas pueden variar de un paciente a otro dependiendo del
tipo de incontinencia, existen algunas señales que son indicativas y deben
llevar a los afectados a acudir al médico en busca de un diagnóstico precoz y
tratamiento, ha defendido la coordinadora de la Unidad de Suelo Pélvico del
Hospital QuirónSalud de Madrid, Gema García Gálvez.
Incontinencia: diferencias entre hombres y
mujeres
1.
Prevalencia: más
frecuente en mujeres, se estima que una de cada tres mujeres ha tenido pérdida
de orina de algún tipo a partir de los 50 años. En el caso de los hombres,
afecta a un 25 por ciento a partir de los 40 años.
2.
Factores de riesgo: en
la mujer puede afectar el debilitamiento del suelo pélvico producido por un
embarazo, parto y la menopausia, pero también lo puede dañar el estreñimiento
crónico o la obesidad. En los hombres, además de la edad, se asocia a un
aumento del tamaño de la próstata, el cáncer prostático o trastornos
neurológicos como Parkinson o Alzheimer.
3.
Incontinencia más
frecuente: en hombres la más habitual es la de urgencia, conocida como 'vejiga
hiperactiva', mientras que en las mujeres es más habitual la de esfuerzo, sobre
todo en menores de 50 años.
4.
Soluciones: ambos
pueden combatir el problema fortaleciendo la musculatura del suelo pélvico y,
en el caso de los hombres, también ayuda aumentar el control sobre el esfínter.
5.
Tabú: para el 32 por
ciento de las mujeres que lo sufren sigue siendo un tabú y hasta un 27 por
ciento no habla de ello por vergüenza, En el caso de los hombres, más de la
mitad espera más de un año para consultar con un profesional sanitario.
6.
Limitaciones en la
vida social: el 40 por ciento de las mujeres dice reducir sus actividades por
miedo a las pérdidas de orina, y el 37 por ciento admite mirar tener un baño
cerca. Entre los hombres, la mitad descansa peor por tener que levantarse por
la noche, el 45 por ciento admite que también interfiere en su vida sexual y a
un 20 por ciento le entorpece en su trabajo.
7.
Impacto emocional: el
90 por ciento de los hombres afectados dice sentirse menos seguro de si mismo
y, en algunos casos, deprimidos; en las mujeres provoca también inseguridad,
pérdida de autoestima, aislamiento y depresión.
8.
Costumbres erróneas:
Un 70 por ciento de las mujeres piensan que los ejercicios de fisioterapia
mejoran o retrasan su aparición, mientras que los hombres afectados suelen
limitar la ingesta de líquidos para evitar pérdidas sin saber, cuando esto
sucede, la orina es más concentrada y provoca ir al baño con más frecuencia.
9.
Uso de absorbentes: Un
35 por ciento de los hombres no conoce la existencia de soluciones específicamente
masculinas y sólo un 7 por ciento recurre a ellos. Del resto, hay quienes usan
compresas femeninas, papel higiénico o doble calzoncillo como medida de
protección. Entre las mujeres hay quienes usan compresas o protege-slips para
la menstruación, pero no tienen en cuenta que el pH y la densidad de la orina
hacen aconsejable un producto específico que retenga su fluidez y neutralice el
olor.